Una derrota fácil de digerir

No hubo partido. Derrota por 97-73 en el Palacio de los Deportes ante un gran Real Madrid, así que el Barcelona dice prácticamente adiós a la posibilidad de ser primero de grupo. Pensándolo bien la verdad es que el resultado es anecdótico, son mucho peores las sensaciones. Obviamente era un partido complicadísimo cuyo resultado lógico dadas las circunstancias era la derrota, pero desde el principio asistimos a un Barcelona timorato, sintiéndose inferior desde el salto inicial y finalmente yéndose del partido en la segunda parte para acabar encajando una nueva paliza ante el equipo de Pablo Laso. Cuando un equipo se va de un encuentro en el momento en el que el rival amenaza con romper el partido es señal inequívoca de conjunto muy tocado anímicamente.

De poco sirve acordarnos de las ausencias cuando parece que durante estos dos últimos meses se han perdido para la causa otros jugadores. Ayer comentaba en Twitter Chema de Lucas que el Barça había firmado en verano a 3 de los mejores jugadores de la pasada Liga y que los 3, lejos de crecer, habían involucionado. Hablamos de Doellman, Pleiss y Satoransky. El primero no está rindiendo al nivel de Valencia pero da la cara y asume su rol en el equipo, con mayor o menor fortuna. Mucho más preocupante es el caso del checo y del alemán. Pleiss claramente ha pasado a ser el 5º interior del equipo y amenaza con convertirse en un fracaso de fichaje con mayúsculas, y el ex de Sevilla no está siendo lo que se esperaba de él cuando se le fichó. Hay que sumar a un Nachbar que ha descendido su nivel respecto a la temporada pasada. Hace un año se sabía lo que podía aportar, y este año directamente ya no aporta ni eso.

El equipo ahora mismo se sostiene sobre el croata Ante Tomic y, en menor medida, Marcelinho Huertas. Ayer el pívot balcánico volvió a ser la referencia del equipo, mientras que el brasileño no tuvo su mejor día y fue desapareciendo con el paso de los minutos tras un inicio esperanzador. A sus deficiencias defensivas sumó hasta 6 pérdidas y se fue diluyendo junto al resto del equipo. La única nota positiva fue Mario Hezonja, que dio un paso adelante en la segunda parte y asumió el rol de líder a pesar de que el partido estaba sentenciado. Muy flojo partido de DeShaun Thomas y Alex Abrines, éste último claramente lejos de su mejor forma tras sus últimas lesiones. Por encima de ellos estuvo Edwin Jackson, que se sigue mostrando no obstante como un jugador irregular y poco fiable.

Precisamente por el exterior se desequilibró el partido de la mano de un espectacular Rudy Fernández, que jugó a su antojo con cada defensor que tuvo delante y reventó el partido desde el comienzo a base de triples y luego supo leer el partido a la perfección hasta acabar con 38 de valoración.Entre él y un genial Sergio Rodríguez se bastaron para doblegar a los de Xavi Pascual, que nuevamente hicieron aguas en la defensa exterior.

En términos clasificatorios esta derrota deja al Barcelona sin margen de error en lo que resta de TOP 16,y si quiere evitar en cuartos a Olympiacos o CSKA ya no puede fallar.Con el Real Madrid a 2 partidos y con un basketaverage casi imposible de remontar la atención se tiene que centrar en Maccabi y Panathinaikos. Recordar que queda pendiente una visita al OAKA y recibir a Maccabi en el Palau con la obligación de ganar y remontar el -2 de Tel-Aviv para superar el basketaverage con el equipo hebreo. Lo mejor es que el calendario le tiene reservado dos partidos consecutivos en casa frente a Galatasaray y Alba Berlín con la Copa entre medias.

Quizá sea la ilusión de un tipo que todavía le tiene cierta confianza a este equipo, pero creo que la Copa puede significar un punto de inflexión. Puede que competir con cierta presión sea lo que necesite este equipo para unirse y crecer, cosa que no sería la primera vez que ocurriera con motivo de este título. También puede ocurrir que se convierta en un calvario, y más teniendo en cuenta que el cuadro que le ha tocado invita a pensar que para llegar a la final el equipo culé va a tener mucho que mejorar.

Se dice que en la batalla de Alesia, el combate decisivo en la conquista de la Galia por parte de los romanos, cuando todo estaba perdido y las legiones romanas ya no tenían apenas esperanza de vencer, en un último gesto heróico Julio Cesar, al mando de sus tropas, se puso su capa roja y comandó el último asalto a la foraleza de Alesia para regocijo y orgullo de sus soldados, que le siguieron hasta la victoria. Digo esta memez porque ayer eché de menos a Juan Carlos Navarro por primera vez en bastantes partidos, y a pesar de que la versión que hemos visto del capitán los últimos meses ha sido una versión más pobre. Y digo esta memez porque es posible que yo también esté empezando a perder la esperanza en este equipo.